El primer paso consiste en desmontar las armas por parte del maestro armero y protegerlas adecuadamente para asegurar que ninguna pieza presente problemas mecánicos posteriormente.
El paso siguiente implica el lijado y desengrasado de la pieza, ya sea de madera, polímero o metal.
Luego, se aplican las imprimaciones necesarias como base antes de pintar con el color seleccionado para el fondo del diseño.
Después, se procede con la fase de hidroimpresión y, finalmente, se aplican barnices protectores para asegurar una durabilidad óptima.
Como paso final, el armero reensamblará y lubricará el arma para asegurar su funcionamiento adecuado.